Arriba:
Elena Poniatowska, México. Nacida en 1932. Premio Cervantes.
Abajo:
Isabel Allende, Chile. Nacida en 1942.
El recorrido de esta exposición se llena de rostros, pero también de nombres. Sólo que los nombres son más que palabras, son huellas de Historia. Guardan un eco de familia, nos dicen cuánto permanece y cuánto cambia en una vida. Sin embargo, todas esas trayectorias vitales hacen eco unas con otras.
Un apellido puede viajar, como hizo el apellido de la escritora mexicana Elena Poniatowska, desde Polonia, de donde era originaria su familia, hasta París, donde nació ella y de donde tuvo que huir, precisamente durante la Segunda Guerra Mundial, para instalarse en México, donde trocó el francés y el polaco familiar por el esplendor de la lengua española, que tuvo que aprender y en la que escribiría obras tan arraigadamente mexicanas como “La noche de Tlatelolco” o “Amanecer en el Zócalo”.
La escritora chilena Isabel Allende, sobrina del presidente Salvador Allende, tuvo que exiliarse en Venezuela, donde escribió “La casa de los espíritus”, en la que desde el realismo mágico recuperó su Chile perdido.
Elena Poniatowska, México. Nacida en 1932. Premio Cervantes.
Abajo:
Isabel Allende, Chile. Nacida en 1942.
El recorrido de esta exposición se llena de rostros, pero también de nombres. Sólo que los nombres son más que palabras, son huellas de Historia. Guardan un eco de familia, nos dicen cuánto permanece y cuánto cambia en una vida. Sin embargo, todas esas trayectorias vitales hacen eco unas con otras.
Un apellido puede viajar, como hizo el apellido de la escritora mexicana Elena Poniatowska, desde Polonia, de donde era originaria su familia, hasta París, donde nació ella y de donde tuvo que huir, precisamente durante la Segunda Guerra Mundial, para instalarse en México, donde trocó el francés y el polaco familiar por el esplendor de la lengua española, que tuvo que aprender y en la que escribiría obras tan arraigadamente mexicanas como “La noche de Tlatelolco” o “Amanecer en el Zócalo”.
La escritora chilena Isabel Allende, sobrina del presidente Salvador Allende, tuvo que exiliarse en Venezuela, donde escribió “La casa de los espíritus”, en la que desde el realismo mágico recuperó su Chile perdido.
José Manuel Fajardo