Sergio Ramírez, Nicaragua. Nacido en 1899. Premio Cervantes.
Carlos Fuentes, México. Nacido en 1928. Fallecido en 2012. Premio Nacional de Literatura.
Ver la figura lejana del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, recortada contra el cielo en el volcán de Masaya, es la manera en que el fotógrafo Daniel Mordzinski nos recuerda el vínculo profundo, telúrico, de la literatura de América Latina con sus pueblos y su naturaleza. Y raro es el país hispanoamericano en el que no haya la figura de algún escritor vinculada no sólo a la gloria literaria de la nación, sino también a su devenir político y social. Ese es el caso de Ramírez. Autor de novelas extraordinarias como “Margarita, está linda la mar”, homenaje al poeta nicaragüense Rubén Darío que llevó el modernismo de América a Europa, fue dirigente en su día de la revolución sandinista y es abanderado hoy, desde un forzado exilio, de la lucha por la libertad en Nicaragua.
La figura del mexicano Carlos Fuentes comparte esa dimensión política. Durante años fue embajador de México en Francia y representante diplomático en instituciones internacionales, pero su nombre está asociado sobre todo al movimiento literario que convirtió a la literatura hispanoamericana, a finales de los años 60, en punta de lanza de la lengua española en el mundo: el llamado “boom” latinoamericano. Fuentes viajó al pasado, hasta a la España de los Reyes Católicos, en busca de las raíces de la colonización de América, con su monumental novela “Terra Nostra”, réplica literaria a las crónicas de Indias. Y también se aventuró en un imaginario y satírico viaje al futuro de México, en “La silla del águila”. Su vasta obra se integra en la ola de renovación creativa con que las culturas americanas colonizaron la imaginación de escritores de todos los continentes, desde el indio Salman Rusdhie al alemán Günter Grass, en un formidable viaje cultural de vuelta.
Carlos Fuentes, México. Nacido en 1928. Fallecido en 2012. Premio Nacional de Literatura.
Ver la figura lejana del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, recortada contra el cielo en el volcán de Masaya, es la manera en que el fotógrafo Daniel Mordzinski nos recuerda el vínculo profundo, telúrico, de la literatura de América Latina con sus pueblos y su naturaleza. Y raro es el país hispanoamericano en el que no haya la figura de algún escritor vinculada no sólo a la gloria literaria de la nación, sino también a su devenir político y social. Ese es el caso de Ramírez. Autor de novelas extraordinarias como “Margarita, está linda la mar”, homenaje al poeta nicaragüense Rubén Darío que llevó el modernismo de América a Europa, fue dirigente en su día de la revolución sandinista y es abanderado hoy, desde un forzado exilio, de la lucha por la libertad en Nicaragua.
La figura del mexicano Carlos Fuentes comparte esa dimensión política. Durante años fue embajador de México en Francia y representante diplomático en instituciones internacionales, pero su nombre está asociado sobre todo al movimiento literario que convirtió a la literatura hispanoamericana, a finales de los años 60, en punta de lanza de la lengua española en el mundo: el llamado “boom” latinoamericano. Fuentes viajó al pasado, hasta a la España de los Reyes Católicos, en busca de las raíces de la colonización de América, con su monumental novela “Terra Nostra”, réplica literaria a las crónicas de Indias. Y también se aventuró en un imaginario y satírico viaje al futuro de México, en “La silla del águila”. Su vasta obra se integra en la ola de renovación creativa con que las culturas americanas colonizaron la imaginación de escritores de todos los continentes, desde el indio Salman Rusdhie al alemán Günter Grass, en un formidable viaje cultural de vuelta.
José Manuel Fajardo