Irene Vallejo, España. Nacida en 1979.
Ida Vitale, Uruguay. Nacida en 1923. Premio Cervantes
Cuando se habla del cruce de miradas entre las literaturas americanas y europeas, del modo en que esas literaturas viajan y entran en contacto, uno piensa en los distintos espacios físicos que las separan, mares y tierras, en los muchos medios para atravesarlos, barcos, trenes, aviones, autos; y en los diversos soportes mediante los que la literatura se ha transmitido a lo largo de la Historia: papiros, tablillas de arcilla, pergaminos, libros de papel, periódicos, tabletas electrónicas, Internet… Pero hay un solo punto en el que ese encuentro se produce: en la lectura. En la intimidad de la lectura. Una intimidad paradójica pues nuestra soledad de lector se puebla del mundo creado por el autor. Sobre ese prodigio cotidiano ha escrito la española Irene Vallejo un libro memorable: “El universo en un junco”. Y la fotografía de Mordzinski nos la muestra desplegando las alas de la fantasía contra un cielo en el que vuelan las aves, como aladas quimeras de tantos otros lectores.
Pero la mirada perdida en el horizonte de Vallejo se cruza con la de la uruguaya Ida Vitale, quien a sus cien años de edad es referente mundial de la poesía, género literario del que bien se dice que eleva la literatura a su más alta expresión, y sobre el que ella ha escrito estos versos: “Expectantes palabras, / fabulosas en sí, / promesas de sentidos posibles”. En la foto, Vitale sonríe apaciblemente con ese alado caballito de papel en la mano, metáfora él mismo de esta historia de idas y regresos mediante la cual la palabra escrita nos convierte a todos en ciudadanos de un solo país: el de la imaginación.
Ida Vitale, Uruguay. Nacida en 1923. Premio Cervantes
Cuando se habla del cruce de miradas entre las literaturas americanas y europeas, del modo en que esas literaturas viajan y entran en contacto, uno piensa en los distintos espacios físicos que las separan, mares y tierras, en los muchos medios para atravesarlos, barcos, trenes, aviones, autos; y en los diversos soportes mediante los que la literatura se ha transmitido a lo largo de la Historia: papiros, tablillas de arcilla, pergaminos, libros de papel, periódicos, tabletas electrónicas, Internet… Pero hay un solo punto en el que ese encuentro se produce: en la lectura. En la intimidad de la lectura. Una intimidad paradójica pues nuestra soledad de lector se puebla del mundo creado por el autor. Sobre ese prodigio cotidiano ha escrito la española Irene Vallejo un libro memorable: “El universo en un junco”. Y la fotografía de Mordzinski nos la muestra desplegando las alas de la fantasía contra un cielo en el que vuelan las aves, como aladas quimeras de tantos otros lectores.
Pero la mirada perdida en el horizonte de Vallejo se cruza con la de la uruguaya Ida Vitale, quien a sus cien años de edad es referente mundial de la poesía, género literario del que bien se dice que eleva la literatura a su más alta expresión, y sobre el que ella ha escrito estos versos: “Expectantes palabras, / fabulosas en sí, / promesas de sentidos posibles”. En la foto, Vitale sonríe apaciblemente con ese alado caballito de papel en la mano, metáfora él mismo de esta historia de idas y regresos mediante la cual la palabra escrita nos convierte a todos en ciudadanos de un solo país: el de la imaginación.
José Manuel Fajardo